jueves, 8 de noviembre de 2012

Capítulo 23.


Fede: intenta levantar sus manos para limpiarle las lágrimas pero de tan débil que estaba no pudo- no llores mi amor –Paula sigue llorando- quiero que estes bien, que seas feliz, no quiero que llores por mí –en ese momento Paula lloraba aún mas fuerte, esto estaba sonando como una despedida…- quiero que encuentres a alguien que te ame tanto o mas que yo -…definitivamente, era una despedida- recordame siempre con una sonrisa, siempre si? Nunca olvides que te amo.
Paula: -llorando a mas no poder- mi amor no digas estas cosas, me rompes el corazón, esta no es un despedida, vos vas a estar bien, vas a salir de acá, pronto, te lo juro, mi vida sin vos no tiene sentido, no quiero vivir si no estas, el único que me va amar sos vos, nadie mas, ya no sigas diciendo estas cosas, te amo –lo besa-
Fede: -tomando todas las pocas fuerzas que le quedaban para seguir hablando y derramando algunas lagrimas- lucha por tu vida mi amor, no cometas mi error, se que se va haber, como no amar a alguien como vos? No te niegues a tener otro amor por mi, mientras vos seas feliz yo lo voy a ser, te amo hermosa, y  te amare arriba. –ella lo besa- recorda mi amor, por mas que el dolor sea grande, busca la felicidad siempre.
Paula: Fede basta por favor, no me digas esto –suplica mientras llora- te amo mi amor, te amo mucho –Federico fue cerrando los ojos, Paula creyó que estaba por dormir hasta que el respirador que indicaba el pulso de su novio fue disminuyendo, Paula comenzó a desesperarse y salió rápido a buscar auxilio a los médicos y enfermeros, llegaron los mismos a la habitación, pidieron a Paula que aguarde afuera, y comenzaron a luchar por la vida de Federico, el resultado, lamentablemente no fue lo que esperaban.

Paula no aguanto mas la desesperación y tras luchar contra algunos enfermeros que le impedían el paso a la habitación donde se encontraba su novio, logro entrar y en ese momento hubiesen preferido que eso no sucediera, porque justo ene se momento uno de ellos dijo la palabra más triste y dolorosa que Paula hubiese preferido no escuchar nunca “murió” apenas escucho esta palabra sintió un hueco enorme en el corazón, seguido fue hasta donde se encontraba su novio y comenzó a besarlo por todo el rostro hasta llegar a sus labios, suplicando que no sea cierto, que esto no este ocurriendo, gritos salían de su adentro, gritos de desesperación, gritos de dolor, profundo dolor, los enfermeros que trataban de calmarla, sin duda había entrado en una completa crisis, como no, esta desesperada como estaba después de tanto insistir de los enfermeros salió corriendo de aquella habitación, sin despedirse de nadie, Pedro que estaba atento a cualquier movimiento la vio salir así, desencajada, con lagrimas en los ojos y no dudo en corres tras ella, Paula seguía corriendo sin parar hasta salir de la clínica y Pedro que estaba a punto de alcanzarla.
Esta siguió hasta encontrar un lugar donde cerca había un barranco, un barranco basta profundo, si alguien llegase a tirarse por ahí, moriría sin dudarlo, y justamente eso era lo que deseaba Paula, morir, llego hasta cerca de este barranco y decidida a tirarse dio pasos mas para acercarse, suspiro, y cuando puso un pie al aire siente que la agarra del brazo y la hacen retroceder.

Paula: -llorando- dejame Pedro, dejame.
Pedro: -sintió la necesidad de abrazarla, de contenerla, protegerla, y así lo hizo, la abrazo, abrazo que ella no dudo en recibir, lo necesitaba- tranquila Pau.
Paula: -llorando aun aferrada a su abrazo- quiero morir Pedro,  mi vida ya no tiene sentido.
Pedro: Pau –hizo que ella la mirara- tenes que ser fuerte, tenes toda una vida por delante.
Paula: -interrumpiéndolo- una vida sin Fede, no es vida.
Pedro: estoy seguro que el no hubiese querido que vos te quites la vida, el hubiese querido que luches por ella, que sigas y que seas feliz siempre.
Paula: no se –sollozando- no se si podre Pedro.
Pedro: aunque no lo creas, yo te entiendo, y no son solo palabras de aliento, te entiendo porque a mi ya me sucedió algo tan horrible como esto, mi mamá –haciendo una pausa- ella murió hace pocos meses.
Paula: -lo mira con pena aún llorando- perdón, no sabía.
Pedro: -limpiándole las lagrimas- no sabes lo vacio que me siento sin ella, la extraño, la pienso, la amo, todos los días, y siempre trato de que todo sea con una sonrisa acompañada. Muchas veces pensé o quise llegar a este punto, al de quitarme la vida, pero sabes porque no l hice? Porque ella antes de partir me dijo que luche por mi vida, por esa vida que algunos la pierden sin querer, por esa  vida que algunos tanto quieren y se la quitan, que busque la felicidad, que algún día llegará, que cumpla mis sueños y que haga lo imposible, y yo sigo por eso, por esas palabras, las mejores que pudo habérmelas dicho, sigo porque quiero que ella desde arriba algún día este orgullosa de mi –Paula lo miraba y escuchaba atenta, sentía que las palabras de Pedro salían de adentro de su corazón, sentía tan seguras esas palabras que la hicieron entrar un poco en razón- y Pau, por mas que el dolor sea grande, busca la felicidad siempre.

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