viernes, 1 de marzo de 2013

Capítulo 46.


Pedro y yo, solos en la quinta, mejor dicho en la casa (ya que el resto de los chicos se encontraban en el río que quedaba a pocos kilómetros de acá), una larga historia que concluye en: todos divirtiéndonos en la pileta, jugando la “guerra” de a dos, Pedro y Flor vs Matías y Yo (Zaira y Hernán ya habían ganado, este era el “desempate”) estábamos a punto de quedarnos con el segundo puesto (lo hicimos) pero antes ocurrió un pequeño accidente, en el cual Flor quedo dañificada (la pierna) y yo fui en parte culpable de ello, por eso fue que en vez de que ella y Pedro preparar la cena, me lo cedieron a mí el lugar de Flor, según ellos de “castigo”.

Pedro: ¿por dónde comenzamos? –Dijo entrando a la cocina, cediéndome a mí el “cargo” de comenzar con la preparación-
Paula: ¿no tenes idea de que hacer, no? –pregunte riendo-
Pedro: esto, específicamente esto –remarcando la última palabra- no se hacer –dijo entre apenado y gracioso-
Paula: igual, muy complicado el menú de los chicos, bah, complicado no, pero si despacioso, vamos a estar toda la noche acá –dije calculando el tiempo, más o menos-
Pedro: pizzas y listo –dijo Pepe riendo, y yo asentí chocando los cinco junto con él-

Minutos después yo amabazaba lo que sería la maza de la pizza y Pepe miraba curioso, cosa que un poco me molestaba.
Luego de que la maza estuvo lista (entre medio de una guerra de harina, que como era de esperarse, Pedro comenzó, la cual concluyó  en una situación un poco incomoda –Pedro arriba, yo abajo, luego de haberme resbalado, cercas, muy cercas- situación que la piloteamos en el momento como pudimos y finalmente terminamos con las pizzas (solo faltaban calentarlas –cosa que haríamos más tarde, cuando estemos todos juntos-).

Luego de pegarme un ducha rápida, me encontraba preparando mates, mientras esperaba a Pedro para ir junto con los chicos a pasar el resto de la tarde-noche, una vez listos los mates Pepe volvió a la cocina, luego de pedirle que agarre las facturas fuimos hasta el río con los chicos.

Entre charla y mates, se hizo un poco tarde y volvimos a  la casa, para que después de algunas cargadas (por no haber cocinado las milanesas con ensalada que los chicos pidieron) nos sentáramos riendo a cenar (las exitosas pizzas hechas por Pepe y por mi).

Al acabar con la cena, entre todos decidimos mirar una película (mientras esperábamos a que el papá de Flor nos venga a buscar).
Ya me había agarrado el sueño y la película no era tan buena para obviar el sueño y seguir viéndola, entonces me acosté sobre el primer hombro cerca que encontré (el de Pedro) y mis ojos se cerraron casi por inercia.

Desperté al escuchar “Pau” reiteradas veces, me refregué los ojos y los abrí, para poder ver quien me llamaba, y lo vi a Pedro, muy cerca (luego separándose) y alrededor a los chicos, yendo y viniendo.

Paula: ¿nos vamos? –pregunte refregándome nuevamente los ojos y bostezando suavemente-
Pedro: si Pau, acabo de llegar el papá de Flor –dijo reincorporándose de la cuclilla  y tendiéndome la mano-
Paula: gracias –dije tomando su mano, para luego el me levantase-
Pedro: anda a traer tus cosas vos, y yo junto esto –dijo en referencia a los vasos y de más que había en el living, yo asentí para luego ir junto a mis amigas y agarrar mi bolso-

Más tarde ya estábamos todos juntos en el auto, semis-dormidos, emprendiendo nuevamente viaje hacia nuestras casas.


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1 comentario:

  1. Hola Fati! Lindo capítulo, ni se noto que te trabaste. Subí pronto. Un beso enorme. @Piyueliitaspyp

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