Pedro y yo, solos en la quinta, mejor dicho en la casa (ya
que el resto de los chicos se encontraban en el río que quedaba a pocos
kilómetros de acá), una larga historia que concluye en: todos divirtiéndonos en
la pileta, jugando la “guerra” de a dos, Pedro y Flor vs Matías y Yo (Zaira y
Hernán ya habían ganado, este era el “desempate”) estábamos a punto de
quedarnos con el segundo puesto (lo hicimos) pero antes ocurrió un pequeño
accidente, en el cual Flor quedo dañificada (la pierna) y yo fui en parte
culpable de ello, por eso fue que en vez de que ella y Pedro preparar la cena,
me lo cedieron a mí el lugar de Flor, según ellos de “castigo”.
Pedro: ¿por dónde comenzamos? –Dijo entrando a la cocina,
cediéndome a mí el “cargo” de comenzar con la preparación-
Paula: ¿no tenes idea de que hacer, no? –pregunte riendo-
Pedro: esto, específicamente esto –remarcando la última
palabra- no se hacer –dijo entre apenado y gracioso-
Paula: igual, muy complicado el menú de los chicos, bah,
complicado no, pero si despacioso, vamos a estar toda la noche acá –dije
calculando el tiempo, más o menos-
Pedro: pizzas y listo –dijo Pepe riendo, y yo asentí
chocando los cinco junto con él-
Minutos después yo amabazaba lo que sería la maza de la
pizza y Pepe miraba curioso, cosa que un poco me molestaba.
Luego de que la maza estuvo lista (entre medio de una guerra
de harina, que como era de esperarse, Pedro comenzó, la cual concluyó en una situación un poco incomoda –Pedro arriba,
yo abajo, luego de haberme resbalado, cercas, muy cercas- situación que la
piloteamos en el momento como pudimos y finalmente terminamos con las pizzas
(solo faltaban calentarlas –cosa que haríamos más tarde, cuando estemos todos
juntos-).
Luego de pegarme un ducha rápida, me encontraba preparando
mates, mientras esperaba a Pedro para ir junto con los chicos a pasar el resto
de la tarde-noche, una vez listos los mates Pepe volvió a la cocina, luego de
pedirle que agarre las facturas fuimos hasta el río con los chicos.
Entre charla y mates, se hizo un poco tarde y volvimos
a la casa, para que después de algunas
cargadas (por no haber cocinado las milanesas con ensalada que los chicos
pidieron) nos sentáramos riendo a cenar (las exitosas pizzas hechas por Pepe y
por mi).
Al acabar con la cena, entre todos decidimos mirar una
película (mientras esperábamos a que el papá de Flor nos venga a buscar).
Ya me había agarrado el sueño y la película no era tan buena
para obviar el sueño y seguir viéndola, entonces me acosté sobre el primer
hombro cerca que encontré (el de Pedro) y mis ojos se cerraron casi por
inercia.
Desperté al escuchar “Pau” reiteradas veces, me refregué los
ojos y los abrí, para poder ver quien me llamaba, y lo vi a Pedro, muy cerca
(luego separándose) y alrededor a los chicos, yendo y viniendo.
Paula: ¿nos vamos? –pregunte refregándome nuevamente los
ojos y bostezando suavemente-
Pedro: si Pau, acabo de llegar el papá de Flor –dijo reincorporándose
de la cuclilla y tendiéndome la mano-
Paula: gracias –dije tomando su mano, para luego el me
levantase-
Pedro: anda a traer tus cosas vos, y yo junto esto –dijo en
referencia a los vasos y de más que había en el living, yo asentí para luego ir
junto a mis amigas y agarrar mi bolso-
Más tarde ya estábamos todos juntos en el auto,
semis-dormidos, emprendiendo nuevamente viaje hacia nuestras casas.
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Hola Fati! Lindo capítulo, ni se noto que te trabaste. Subí pronto. Un beso enorme. @Piyueliitaspyp
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