Ese incomodo silenció seguía y ya habían pasado como cinco
minutos, yo tan torpe que no podía terminar el helado rápido, me apresure lo
mas que pude y lo logre, lo termine, me limpie un poco la boca, y decidí
hablarle a Pedro, que por cierto tenía la vista enfrente, y parecía no prestar
atención a nada, estaba ido.
Paula: Pepe, ya esto –dije un poco despacio y este no me
escucho al parecer- Pepe –dije, toque su hombro y el giro para verme, su miraba
estaba triste, y no se necesitaba ser tan inteligente como para darse cuenta-
te pasa algo?
Pedro: no nada –dijo aparentando una sonrisa-
Paula: dale Pepe, decime, vos me ayudaste muchas veces, yo
quiero hacer lo mismo.
Pedro: es que no importa –dijo disimulando de nuevo-
Paula: sos fuerte vos, si no importara no estarías así.
Pedro: no soy de hablar con nadie de esto –y ya sabía por
dónde venía la mano-
Paula: ya sé, no me lo digas, no importa si no querés
hablar, solo quería que sepas que estoy para lo que necesites –quería estar con
él como él estuvo conmigo apoyándome en esos feos momentos-
Pedro: es que –hizo una pausa, se le notaba que le era
difícil demostrar sus sentimientos- hoy hace cinco meses que se fue –dice
derramando una lagrima y luego mirando hacía enfrente de nuevo limpiándosela,
quería parecer fuerte, pero se lo notaba vulnerable-
Paula: -no sabía que decir no sabía como actuar, era la
menos indicada en dar consejos, asi que decidí decir lo que me salía dell
corazón- no soy la mas indicada en dar aliento, no soy la mas indicada en decir
que todo va estar bien, no soy la mas indicada en nada, solo puedo decirte que
de seguro ella esta muy feliz y orgullosa de lo que sos –y le acaricie la
espalda-
Pedro: gracias –pronuncio, me miro, y volvió a mirar para el
frente, ya podía percatarme de sus lagrimas, cada vez eran más, que difícil momento-
Paula: no tenes porque agradecer, no se que decirte, perdóname,
sabes que no soy ni puedo decir nada con respecto a esto –lo dije con sinceridad-
Pedro: -con voz baja, se le notaba el nudo en la garganta,
ese nudo que te prohíbe llorar como queres, desahogar todas tus penas- lo se
Pau, que estes acá basta –dijo para luego volver a callar, y una vez mas no
sabía que hacer, me sentía una estúpida, mal amiga, que no podía decir algo
bueno para tratar de hacer sentir mejor a una persona-
Paula: Pepe –dije para que me mire y así lo hizo, luego de
limpiarse los ojos nuevamente- no tengas vergüenza –hice una pausa- no tengas vergüenza
de llorar ante mi, yo lo hice miles de veces contigo, no es nada malo, desahógate
si queres, porque creo que es eso lo que necesitas, siento que tenes muy
guardado tu dolor –dije, y era eso lo que se notaba-
Pedro: es que se me hace difícil, no quiero mostrarme así
ante mi familia, basta con el sufrimiento de ellos, para sumarle el mío –lo
sabía, él quería ser fuerte por su familia-
Paula: te entiendo perfectamente Pepe, querés ser fuerte por
tus hermanos y tu papá, no? –y el asiente- es un gesto enorme de tu parte,
darles valor a ellos, y vos sufrir por dentro, pero ahora que estas acá, ellos
no te ven, desahógate, llora, hasta grita si querés, pero hacelo, vas a ver que
te va hacer bien –dije y lo abracé, sabía que lo necesitaba, y que no iba a
llorar enfrente mío, y poco a poco sentí su respiración entre cortada y sus
lagrimas caer por mi espalda, tantas veces que yo estaba del lado de él y el dándome
fuerzas a mi, que quería hacer el mínimo esfuerzo de darle fuerzas a él, una pérdida
es muy dolorosa, y creo que la de un hijo a una madre aún mas-
Minutos pasaron, y yo lo seguía abrazando, se notaba que
venía con esta carga desde hace meses, que necesitaba desahogarse con alguien,
necesitaba ese abrazo.
Pedro: -separándose y limpiándose las lágrimas- solo me sale
decirte gracias -dijo ya un poco mas
calmado-
Paula: nada que agradecer, cuantas veces vos lo hiciste por mí,
aparte lo necesitabas, necesitabas desahogarte.
Pedro: para que mentir, lo necesitaba si, y aún no se como
pude hacerlo, es que nunca quise ni quiero llenar a otros con mis problemas.
Paula: a mi no me es nada Pepe si eso es lo que te preocupa,
a veces esto hace bien, porque si lo guardas tanto en un momento colapsas.
Pedro: me paso eso.
Paula: decí que pudiste ahora.
Pedro: aún no se como me atreví.
Paula: tampoco es nada malo Pepe, tranquilo.
Pedro: gracias de nuevo –me dio un beso en la mejilla, sentí
algo como ese abrazo, ese algo que no se explicar, nuevamente me quede dura y
luego al darme cuenta sonreí-
Paula: de nada, vamos yendo? –me sentía incomoda de nuevo y
ya se me hacía la hora del patín- no es por nada, solo que tengo patín en un
rato –dije sonando creíble-
Pedro: si perdón si te retrase.
Paula: no, para nada, basta de pedir perdón Pepe.
Pedro: bueno, bueno –y sonrío un poco-
Paula: esa sonrisa me gusta –dije graciosa y ambos fuimos
hasta donde estaba la moto-
Nos pusimos el casco y parimos para mi casa, no tardamos
mucho en llegar, ya que aquella plaza se encontraba cerca de nuestras casa, el
estaciono la moto, se quito el casco, yo también, me despedí dejándole un beso
en la mejilla, y entre a casa.
Fui rápido a mi habitación para aprontarme y luego ya lista
baje para avisar a mi mamá, salí, sola
como siempre, y partí para mi clase de patín.
**
No hay comentarios:
Publicar un comentario