domingo, 31 de marzo de 2013

Capítulo 50.


Sentada afuera en el banco, esperándolo, mi cabeza iba a mil, no estaba segura de que escucharía en minutos,  y plantear hipótesis en este momento no era lo indicado. El tan solo imaginar que me diría algo con respecto a lo que hablamos con Zai me producía escalofrío, no sabía cómo podía llegar a reaccionar, que podía llegar a pasar, y estaba haciendo justamente aquello que mi amiga me pidió que no hiciera, maquinando, y quizás demasiado.
Estaba con la cabeza agacha, mirando las grietas del piso, y a lo lejos escuche el ruido de una moto que parecía aproximarse, rogaba porque no sea él, en vano, ya que el motor paro en frente mío, ya era momento de que levante la vista, y así lo hice, tome fuerzas para pararme e ir junto a él y hacer como si nada, como si fuese un día más (aun que comenzaba a dudar de que así fuese.)

Paula: Pepe –dije saludándolo-
Pedro: Pau, vamos? –dijo y yo asentí para luego subir a la moto-

***

Paula: y como van las clases de guitarra? –Pregunte mientras nos sentábamos en el mismo lugar de siempre, en aquel parque-
Pedro: cada vez mejoro un poco –dijo contento-
Paula: mejor, así ya no vas a tener excusas para cantar y ejecutar algo en mi presencia –dije graciosa-
Pedro: falta mucho para eso Pocha –y yo lo mire mal- bueno falta poco –y asentí en forma de aprobación, el rió-
Paula: mucha charla, mucha charla, pero no me olvido de lo que me tenías que decir eh –lo mire amenazante y el rió-
Pedro: y las clases de patín, como van? –dijo restándole importancia a mi comentario anterior-
Paula: súper, sigamos –dije y el suspiro- dale Pepe.
Pedro: es que –y volvió a suspirar, me comenzaba a poner nerviosa- no quiero, no quiero arruinar nada –y ese fue el momento en que comencé a creer las suposiciones de Zaira-
Paula: nadie dijo que sería así –y en verdad no estaba segura de lo que decía-
Pedro: no es tan fácil –dijo bajando la mirada-
Paula: pero –dije sin saber muy bien como seguir-
Pedro: -interrumpiéndome- tiene que ver con vos –me miro- conmigo –volvió a bajar la mirada, y mi corazón se aceleraba- quise evitarlo, te juro –dijo aún con la cabeza hacia el piso- pero fue y es más fuerte que yo  -me miro, y yo hice lo mismo- me enamore –dijo aún sin quitar sus ojos de los míos- me enamore de vos –siguió y pude sentir que mi corazón estaba a punto de salir, helada, sin reacción, el igual, solo mirándonos, no sabía que decir, como actuar, estaba confundida, nerviosa, y de mil maneras más- perdón –dijo él ya que yo no lograba decir siquiera una palabra, y nada importo en ese momento, lo abrace, y el hizo lo mismo, estuvimos así por varios segundos, tal vez minutos, no  quería separarme, mirarlo a los ojos y tener que afrontarlo-
Paula: no se qué decir –dije aún abrazada a él-
Pedro: no digas nada –dijo y lo abrace más fuerte, para luego tomar fuerzas y separarme un poco, me miro, pude notar sus ojos tristes, cristalizados, igual que los míos, me acaricio la mejilla, y limpió aquella primera lágrima que se había desprendido de mis ojos, sin ningún tipo de explicación lógica nuestros labios estaban rozándose, miles de emociones jugando en mi cabeza, en mi corazón mil más las que se multiplicaron al sentir sus labios uniéndose con los míos, y esa rara sensación en el estomago, que parecían mil mariposas jugando en él, y ese beso tan lindo, e interminable, beso que me hizo dar cuenta que no era un amigo más, pero que también me lleno de miedos, no quería perderlo, entonces me separe.

Pedro: perdón –dijo él y yo lo mire, no sabía qué hacer, estaba a punto de levantarme y salir corriendo, de escapar, nuevamente-
Paula: no soportaría perderte –dije y el entendió, solo me abrazo, justo lo que necesitaba-
Pedro: -separándose y mirándome a los ojos- no quiero que te alejes, que me alejes, por favor –dijo él y yo derrame  cortas lágrimas- si queres hacemos como si esto jamás ocurrió –dijo él y yo negué, solo lo mire, y comencé a pensar, nuevamente, en el beso, ese beso que me dio, que nos dimos hace segundos, beso que me devolvió parte de esas hermosas sensaciones que uno siente cuando está enamorado, ¿enamorada, de él? Me puse a pensar de que manera lo quería, como era con él, y cuando estaba con él, y me daba cuenta que estos últimos días, o semanas quizás ya no era un amigo más, mis sentimientos para con él ya no eran como el de un amiga, y eso me aterraba, el volver a enamorarme, nunca creí que volvería a pasar, y menos así tan de repente, pero con él, con Pedro era distinto, el desde que lo conocí estuvo ahí, y yo nunca lo vi, no lo quise ver, ahora con lo que me dijo y ese me hizo dar cuenta de aquellas cosas, y es por eso mismo miedos, el de volver a perder un amor, volver a sentirme muerta en vida, no soportaría, y menos si es Pedro de quien se trata.

Paula: no quiero –dije levantando la mirada luego de varios minutos en silencio- no quiero perderte –dije volviendo a derramar algunas lágrimas-
Pedro: te entiendo Pau, y mucho, lo sabes –dijo y yo asentí- pero si te alejas, me perdes también –y tenía razón, y eso era lo que menos quería- déjame ser solo tu amigo, juro que jamás se va volver a repetir lo de recién –dijo y se lo notaba abatido, pero yo ¿en realidad quería que fuese así? ¿Qué ese beso no se repita jamás?-
Paula: yo –hice una pausa para pensar mejor en lo que iba a decir- te quiero pepe, y no puedo negar que con ese beso sentí miles de emociones que hace bastante no las sentía, y es por eso que quiero pensar, porque no quiero perderte, me da terror, pero tampoco quiero arruinar nada, un día, quizás dos, yo prometo en cuanto tenga las ideas claras lo hablamos –dije y él asintió-
Pedro: solo te pido, no me alejes de vos –dijo y yo asentí y lo abrace-
Paula: nunc a-susurre en su oído y me separe- me llevas a casa? –pregunte y el asintió, nos paramos y en silencio subimos a la moto, regresamos a mi casa, lo despedí con un beso en la mejilla, y me fui, entre sin saludar a casa, y fui corriendo a mi habitación, me desplome en la cama y las lágrimas comenzaron a salir nuevamente-


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Tres capítulos en el día, primer beso, CAPÍTULO CINCUENTA= domingo re-cargado. ¡amen!

Capítulo 49.


Fuimos con Zai a esperar el colectivo, que por suerte apenas llegamos vino, nos subimos y en poco tiempo ya estábamos caminando para nuestras casas, ya que el mismo nos dejaba a cuadras de ellas.

Zaira: y Pocha, que era eso que te tenía que decir Pepe? –pregunto Zai, mientras caminábamos-
Paula: eso, no me dijo nada, hoy mientras esperábamos al profesor se quedo mirándome, en realidad lo viene haciendo hace días, y bueno le pregunte porque lo hacía y no me quiso decir.
Zaira: ay Pochita es más obvio –dijo ella riendo y yo la mire extraña-
Paula: qué? –Pregunte ingenua-
Zaira: no jodas Paula –dijo y volví a mirarla de la misma manera que segundos atrás- es solo así contigo –remarco la última palabra, y ya estaba entendiendo a donde quería llegar- dale Pau, todos nos damos cuenta, y … -hizo una pausa- aun que lo quieras negar, algo pasa, pero entre los dos eh –abrí la boca para interrumpirla, pero ella siguió- me vas a decir que son solo amigos, pero no, analiza todo,  y te vas a dar cuenta que no es así.
Paula: Zaira –me queje, ella miro obvia y yo bufe- puede ser –dije reflexionando- pero –dije y ella me interrumpió-
Zaira: no, cosas del pasado no Pochi –me conocía, y bastante-
Paula: ya sabes lo que pienso Zai –dije abatida-
Zaira: y vos sabes también lo que pienso yo y todos –y paramos ya que era la esquina en que ella debía girar y yo seguir- Pochi la vida continúa –dijo ella y no pude evitar derramar una lágrima- pensalo, con Pepe siempre estas contenta, y cuando no lo estas, el viene y te quita mil sonrisas –tenía razón- no digo nada con eso eh, solo que no te encierres, que no maquines en contra, que no te alejes de él por lo que yo te estoy haciendo ver por miedo –yo suspire- te conozco cabecita, y esto es un previo aviso –dijo graciosa y yo reí-
Paula: ay amiga –dije y la abrace- gracias –aún abrazada a ella-
Zaira: siempre Pochi, siempre.
Paula: bueno, te hablo, dale? –pregunte y ella asintió-
Zaira: no te enrosques eh, acordate –dijo ella y esta vez asentí yo-

Nos despedimos y camine hacia casa, pensando en cada momento con Pedro, pero desde otro punto de vista, como Zaira me había pedido que lo hiciera, y si, no puedo engañar a nadie, más de un momento de lugar (de amigos) hubo. Suspire mil veces, lejos de él no quería estar, eso lo tenía claro, lo demás no.


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Capítulo 48.


Jueves, exposición lograda, y a punto de dar la prueba, Pedro a un lado, Hernán al otro, y los demás en los asientos en que el profesor nos había puesto minutos antes de salir en busca de las hojas de examen, estudiando una y otra vez todo, hasta que de repente siento la mirada de Pedro posarse en mi, trato de no dar importancia, pero él no dejaba de hacerlo, gire para verlo, nos miramos, y de nuevo esa rara sensación, le sonreí, no sé porque, y el hizo lo mismo.
Paula: qué? –dije, porque no desvío la mirada, seguía en mis ojos-
Pedro: nada, perdón –dijo sacudiendo la cabeza-
Paula: pensabas? –pregunte curiosa, hace días que se queda así pensando, a veces mirándome, otras no-
Pedro: se nota? –dijo el-
Paula: y, si? –dije irónica y el rió-
Pedro: después te cuento, ahora no es el momento –dijo él, yo lo fulmine con la mirada y volvió a reír- dale enojona, cuando sea el momento te digo –volvió a repetir-
Paula: ni quería saber –dije sacando la lengua, mentira, y el se mordió el labio, sobrándome-

No di más importancia (aun que  moría por saber que era lo que pensaba) y me dedique a seguir estudiando, el profesor llegaría en cualquier momento.

Solo diez minutos faltaban para que el profesor recogiera las hojas, me quedaban tres preguntas por responder, maldije mil veces no acordarme, mire a mi alrededor y al parecer todos estaban en mi misma situación, o peor. Trate de hacer mímicas a Hernán para ver si él sabía, pero nada, no entendía siquiera lo que le estaba preguntando, mire del otro lado, Pedro, y por más que hubiese preferido hacerme la ofendida, y no hablarle por esa mañana, chiste y el si me entendió y también pudo ayudarme con dos de ellas, solo me falto una para cuando el profesor me quito la hoja, suspire, odiaba estos momentos.

Flor: malditas preguntas, maldito profesor, malditos  puntos –dijo ella, mientras caminábamos hacia la puerta, ya era salida-
Zaira: me faltaron dos malditas preguntas –dijo bufando-
Paula: la quince? –pregunte, esa fue la que me falto a mi-
Flor: esa y la cuarta? –pregunto también-
Zaira: esas –dijo e hizo una mueca-
Paula: en la cuarta y quinta me ayudo Pepe, si no estaba en el horno. –dije y el palmeo mi hombro-
Pedro: de nada Pocha –dijo gracioso, y volví a sacarle la lengua-
Hernán: flaca era eso lo que me querías decir?
Paula: si, marmota –dije graciosa y reí-
Hernán: bueno che, igual tampoco sabía las respuestas.
Matías: mepa que el viejo nos cago, nos puso extras –todos asentimos-
Zaira: viejo forro –reímos- che Pepe, como supiste vos?
Pedro: porque leí mas debajo de lo que el profesor dio.
Flor: inteligente Pepito eh –y ambos chocaron los cinco-
Paula: bueno chicos, no se ustedes, pero yo necesito descansar –dije exagerada- enserio, me voy yendo.
Zaira: posta que yo también.
Paula: vamos entonces cachorra –dije, ya que solo ella iba por mi mismo camino, ella y Pedro-
Zaira: vamos –dijo y nos despedimos de los chicos-
Pedro: hoy helado después de patín? –pregunto cuando llegue a despedirlo a él-
Paula: solo si eso implica que me cuentes lo pendiente –dije amenazante-
Pedro: mmm –y yo lo fulmine con la mirada- ponele que si –dijo-
Paula: ponele nada –y el rió- me decis y punto.
Pedro: si señora –dijo gracioso y yo reí-

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domingo, 10 de marzo de 2013

Capítulo 47.


Ya había pasado semana y media desde aquel domingo entre amigos, hoy miércoles, levantándome de aquella pequeña siesta para “recargar energías” más que nada en mi cerebro, porque mañana a parte de tener que exponer un proyecto de biología, también tenemos  prueba de química y física, y voy junto con Zai, Flor, Pedro y Mati a la casa de Hernán, a estudiar con ellos, en grupo todo es más fácil (para mi, al menos, y para ellos también) nos pusimos de acuerdo a ir a su casa, ya que sus padres trabajan y no tiene hermanos, entonces nadie “molestaría”.

Ya arriba muy a pesar mío (las ganas de seguir durmiendo eran terribles) fui a higienizarme, y luego me vestí, para después bajar y pasar por la casa de Pepe (la primera que quedaba cerca) para ir juntos hasta lo de Zai y de ahí a lo de Hernán.

Toque el timbre de su casa y salió el sonriendo, y lo salude con un beso en la mejilla.

Paula: hola Pepe –dije mientras el terminaba de cerrar la puerta para emprender a lo de Zai-
Pedro: hola Pau, todo bien?
Paula: si, quería seguir durmiendo igual –dije haciendo puchero con la cara-
Pedro: estamos en la misma –rió-
Paula:  raro verte a vos sin moto, eh –dije graciosa-
Pedro: y si, pero ya que estamos, vamos todos juntos –dijo él-
Paula: claro –dije y el corto camino hasta la casa de Zaira lo hicimos en silencio-

Llegamos, toque timbre nuevamente y salió mi amiga, sonriendo, tan peculiar como siempre.

Zaira: hola Pochita –beso mi mejilla- hola Pepe –dijo e hizo lo mismo con él-
Paula: hola cachorra, como estas?
Zaira: con sueño –dijo cruzándose los brazos-
Paula: estamos igual acá –dije mirando a Pepe- pero es el último año, lo vale –dije y comenzamos a caminar hasta la parada de colectivo-
Zaira: y si –rió-

***

Ya todos en la especie de oficina del  papá de Hernán, los cuadernos y libros sobre la mesa y todos concentrados estudiando, y ayudándonos, me veía bien en la exposición de biología, en la prueba de química y física estaba un poco mas trabada, pero creo que la paso,  y bien, al igual que los chicos.

Ya había terminado mi parte (por así decirlo) y tenía mucha ganas de tomar un jugo, le pregunte a Hernán si tenía y si no me molestaba ir a buscarlo sola porque a el le faltaba todavía algunas cosas, dije que no y le pregunte a todos si querían, me dijeron que si, pero ninguno había terminado con lo suyo, y no tenían ganas de levantarse y acompañarme, entonces fui sola, agarre la jarra llena de jugo, y junte seis vasos, esta mas que obvio que no iba a poder llevarlo todo junto, entonces decidí primero llevar la jarra, fui y Pedro ya no estaba en su asiento, no preste tanta atención porque estaba en el baño, volví a la cocina y por el camino me cruce con el, se ofreció a ayudarme, y yo acepte, llevamos los jugos y poco después terminaron todos, y nos dimos un respiro.


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viernes, 1 de marzo de 2013

Capítulo 46.


Pedro y yo, solos en la quinta, mejor dicho en la casa (ya que el resto de los chicos se encontraban en el río que quedaba a pocos kilómetros de acá), una larga historia que concluye en: todos divirtiéndonos en la pileta, jugando la “guerra” de a dos, Pedro y Flor vs Matías y Yo (Zaira y Hernán ya habían ganado, este era el “desempate”) estábamos a punto de quedarnos con el segundo puesto (lo hicimos) pero antes ocurrió un pequeño accidente, en el cual Flor quedo dañificada (la pierna) y yo fui en parte culpable de ello, por eso fue que en vez de que ella y Pedro preparar la cena, me lo cedieron a mí el lugar de Flor, según ellos de “castigo”.

Pedro: ¿por dónde comenzamos? –Dijo entrando a la cocina, cediéndome a mí el “cargo” de comenzar con la preparación-
Paula: ¿no tenes idea de que hacer, no? –pregunte riendo-
Pedro: esto, específicamente esto –remarcando la última palabra- no se hacer –dijo entre apenado y gracioso-
Paula: igual, muy complicado el menú de los chicos, bah, complicado no, pero si despacioso, vamos a estar toda la noche acá –dije calculando el tiempo, más o menos-
Pedro: pizzas y listo –dijo Pepe riendo, y yo asentí chocando los cinco junto con él-

Minutos después yo amabazaba lo que sería la maza de la pizza y Pepe miraba curioso, cosa que un poco me molestaba.
Luego de que la maza estuvo lista (entre medio de una guerra de harina, que como era de esperarse, Pedro comenzó, la cual concluyó  en una situación un poco incomoda –Pedro arriba, yo abajo, luego de haberme resbalado, cercas, muy cercas- situación que la piloteamos en el momento como pudimos y finalmente terminamos con las pizzas (solo faltaban calentarlas –cosa que haríamos más tarde, cuando estemos todos juntos-).

Luego de pegarme un ducha rápida, me encontraba preparando mates, mientras esperaba a Pedro para ir junto con los chicos a pasar el resto de la tarde-noche, una vez listos los mates Pepe volvió a la cocina, luego de pedirle que agarre las facturas fuimos hasta el río con los chicos.

Entre charla y mates, se hizo un poco tarde y volvimos a  la casa, para que después de algunas cargadas (por no haber cocinado las milanesas con ensalada que los chicos pidieron) nos sentáramos riendo a cenar (las exitosas pizzas hechas por Pepe y por mi).

Al acabar con la cena, entre todos decidimos mirar una película (mientras esperábamos a que el papá de Flor nos venga a buscar).
Ya me había agarrado el sueño y la película no era tan buena para obviar el sueño y seguir viéndola, entonces me acosté sobre el primer hombro cerca que encontré (el de Pedro) y mis ojos se cerraron casi por inercia.

Desperté al escuchar “Pau” reiteradas veces, me refregué los ojos y los abrí, para poder ver quien me llamaba, y lo vi a Pedro, muy cerca (luego separándose) y alrededor a los chicos, yendo y viniendo.

Paula: ¿nos vamos? –pregunte refregándome nuevamente los ojos y bostezando suavemente-
Pedro: si Pau, acabo de llegar el papá de Flor –dijo reincorporándose de la cuclilla  y tendiéndome la mano-
Paula: gracias –dije tomando su mano, para luego el me levantase-
Pedro: anda a traer tus cosas vos, y yo junto esto –dijo en referencia a los vasos y de más que había en el living, yo asentí para luego ir junto a mis amigas y agarrar mi bolso-

Más tarde ya estábamos todos juntos en el auto, semis-dormidos, emprendiendo nuevamente viaje hacia nuestras casas.


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